Encuentro Provincial de Cofradías

Encuentro Provincial de Cofradías
Rojales 2010

1 de junio de 2009

Y de Rocio se llenó el mundo



Son las 02:49 y los almonteños, como todos los años, han saltado la reja y han bajado de los cielo, a la soberana Madre de Dios, Reina y mediadora del hombre con Dios, explendorosa procesión de Gloria, muy alejada de las costumbres levantinas de silencio, vela y camino. La procesión del Rocio, portada por costeros, camino entre vivas y entre oles, entre ganas de llegar a ella, de darle gracias y de pedirle.
Uno a uno, irá visitando lo Simpecaos de las 106 hermandades filiales que vienen a estar con ella, y será sobre las 12 del medio día cuando la señora vuelva a su ermita y se quede espectante hasta el año que viene.
El día de hoy ha estado cargado de emociones. A las 10 la santa misa de romeros donde el Cardenal de Sevilla a llamado a todos a la donación de organos,con unas palabras tremendamete conmovedoras.
Por la tarde noche ha comenzado el rosario, un rosario de más de 3 horas, y despúes, una a una, en orden inverso, han ido pasando las 106 hermandades por delante de la ermita de la Blanca Paloma, hasta llegar a la primera, la hermandad matriz de Almonte, simpecado, único, y que este año estrena, ha entrado en la ermita y ha sido el mágico momento en que el almonteño se ha hecho con la señora y como si de una pluma ligera se tratara (recordar que el trono es de plata pura y ronda los 1000 kilos, y solo tiene 6 varales para 9 persona) ha entregado la madre a su pueblo que la esperaba, ha sido ese momento cuando todas las sevillanas que hablan de ella han tomado forma y razón, y la madre ha comenzado a besar a cada uno de sus hijos.
La hermandad de Alicante será la primera en recibir su visita, por de la hermandad 99, y después a caminar junto a la señora, entre sevillanas, entre palmas, y entre ganas de llevarla.
Que mayor deseo hay hoy, desde Albatera, madre, que pedirte salud para todos, y que ojala todo el mundo fuera Rocio, para estar siempre contigo.
Millones de personas se han volcado con ella, y es que mientras que se esperaba, todo eran rezos y oraciones, todo eran cantos y plegarias a su puerta, todo han sido súplicas a la señora, esperando que las escuche.
Nuestro hermano mayor allí presente, junto con nuestra capataz, seguro que le han pedido amparo para cada uno de los hermanos que forman nuestra hermandad.

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