Eran las 18:30 de la tarde cuando nos dirigíamos a la calle San Pascual, para el inicio de nuestra romería, allí se le ofreció al Santo, que tanta fé despierta en Albatera, una cesta de flores, y un marco con la primera foto oficial de Nuestra Señora para el ejercicio 2009-2010, tras la lectura de fe y los rezos partiamos hacia Orito con fotos de San Pascual donadas por hermandas de esta cofradía de San Pascual para darnos fuerza. Además llevabamos "el Bastón de la Hermandad", un bastón diseñado especialmente para recorrer kilometros, con una medalla de nuestra hermandad, una cinta verde y muchas ganas de hacer más romerías, conforme vayamos haciendo o repitiendo romerías, se le irá colocando un detalle a este bastón.
El primer tramo hasta "la garganta" de Crevillente, llegó sin pena ni gloria, ya que el cansancio no hacía mella en nosotros, simplemente caminabamos reiamos, y contabamos anécdotas, tanto de la estación de penitencia como de otra serie de cosas, además parecía que Nuestra Nadre y San Pascual velaba por nosotros ya que un claro de luz siempre nos seguía, ya que estabamos rodeados de nubes de tormenta.
Lo más emotivo de este primer tramo eran los gritos de aliento que muchos coches nos daban cuando pasaban por nuestro lado.
En el principio de la garganta realizamos la primera parada, donde repusimos fuerza, eso serían las 20:45 más o menos.
Eran casi las 21:00 cuando comenzamos a remontar la garganta, poco a poco iban flaqueando las fuerzas y las piernas se iban resintiendo, pero los ánimos y las ganas no flaqueban, cada vez que parecía que iba a llover o que caían unas gotitas, sacabamos los paraguas.
En torno a las 23:15 llegamos a Aspe y a nuestra siguiente parada, con claros síntomas de agotamiento, por el camino adelantamos a dos grupos más de peregrinos que también iban a verlo.
Fue aquí cuando el cielo se desplomó en lluvia, parecía que nuestro camino tocaba a su fin pero no fue así, dado que: Se preguntó que si alguien llevaba una cruz de caravaca, uno de nuestros acompañantes dijo que si, colocaron esa cruz a la intemperie a que se mojara y de pronto la lluvia cesó. Fuera por la cruz, o por lo que fuese, nosotros continuámos nuestro camino, el tramo de Aspe a Monforte de unos 8 o 9 km más o menos se realizó en una hora y cuarto más o menos, el que escribe estaba ya totalmente reventado, pero en este tramo, habíamos visto algo que nos daba fuerzas, en lo alto del monte, que se veía bastante lejos se levantaba ya la ermita de San Pascual, ya no estabamos y tan lejos.
En Monforte paramos escasos minutos, y agarramos el último tramo.
Éste fue algo confuso dado que están en obras en la antigua carretera a Orito y tuvimos que sortear montecitos de arena que con el cansancio parecían verdaderas montañas, la ermita aun que parecía más cercana, la sensación era que se alejaba.
Llegamos a la pequeña Ermita de la Aparición a la entrada de Orito, pedimos fuerzas, y continuamos, atravesamos Orito, con pocas fuerzas ya, y nos adentramos de nuevo en el panorama de oscuridad, iluminados ya sólo por la luz de San Pascual. El último tramo, antes de coger la subida a loa montaña fue demoledor, faltaba el aliento, los pies ya no respondían, y las emociones comenzaban a desbordarse, pero ya estabamos, los más adelantados subieron la costera primero, y los que tenían promesa, la subieron después y descalzo.
Casi 10 minutos tardó el que escribe en cumbrar aquella montaña, pero ya estabamos allí, subimo hasta la entrada a la cueva y en ese momento se desbordaron las lágrimas, a San Pascual le ofrecimos el ramo que nuestra hermandad le había regalado, y mientras tomabamos asientos las lágrimas no paraban de desbordarse, habíamos cumplido una meta más, nuestra Hermandad estaba presente en ese momento, clamando por la fé, y llevando siempre la Esperanza con nosotros.
Tras rezarle y darle gracias llegó el momento de la despedida, y de pedirle fuerzas y salud para el año que viene.
Salimos de la cueva despidiendonos del monje que allí custodiaba aquel Santuario, y fuimos a la zona de encender velas, cual fue nuestra sorpresa cuando al entrar vimos todas las parés colgadas camisetas de todos los pueblos posibles, pero faltaba Albatera.
Yo me quité la camiseta que llevaba y Mariano subido a hombros de Alfredo la colgó de la percha más alta que había, con lo que allí se quedó en la ermita de tanta fé un recuerdo de Albatera y un recuerdo de nuestra hermandad dado que la camiseta era la de costaleros. En la que se puede leer con letras grandes y debajo de nuestro escudo, de nuestro emblema, COSTALEROS DE ESPERANZA.
Allí termino aquella romería, con ganas de que llegue el 28 de Junio que realicemos la de Calasparra.
Dar las gracias a todas las personas que fuimos a aquella aventura.
Alfredo, Periquin, Mari Carmen ,Paloma, Fran, Pascual, Pepe, Germán, Mariano, Mari Carmen Castro, Fran y el que escribe un servidor(Pedro).
Comentar que ha sido una hermosísima experiencia, llega de calor y de unión de hermandad.
Y dar ánimos a todas aquellas personas que van a ir a San Pascual en los próximos dias.
Pronto estarán las fotos.
El primer tramo hasta "la garganta" de Crevillente, llegó sin pena ni gloria, ya que el cansancio no hacía mella en nosotros, simplemente caminabamos reiamos, y contabamos anécdotas, tanto de la estación de penitencia como de otra serie de cosas, además parecía que Nuestra Nadre y San Pascual velaba por nosotros ya que un claro de luz siempre nos seguía, ya que estabamos rodeados de nubes de tormenta.
Lo más emotivo de este primer tramo eran los gritos de aliento que muchos coches nos daban cuando pasaban por nuestro lado.
En el principio de la garganta realizamos la primera parada, donde repusimos fuerza, eso serían las 20:45 más o menos.
Eran casi las 21:00 cuando comenzamos a remontar la garganta, poco a poco iban flaqueando las fuerzas y las piernas se iban resintiendo, pero los ánimos y las ganas no flaqueban, cada vez que parecía que iba a llover o que caían unas gotitas, sacabamos los paraguas.
En torno a las 23:15 llegamos a Aspe y a nuestra siguiente parada, con claros síntomas de agotamiento, por el camino adelantamos a dos grupos más de peregrinos que también iban a verlo.
Fue aquí cuando el cielo se desplomó en lluvia, parecía que nuestro camino tocaba a su fin pero no fue así, dado que: Se preguntó que si alguien llevaba una cruz de caravaca, uno de nuestros acompañantes dijo que si, colocaron esa cruz a la intemperie a que se mojara y de pronto la lluvia cesó. Fuera por la cruz, o por lo que fuese, nosotros continuámos nuestro camino, el tramo de Aspe a Monforte de unos 8 o 9 km más o menos se realizó en una hora y cuarto más o menos, el que escribe estaba ya totalmente reventado, pero en este tramo, habíamos visto algo que nos daba fuerzas, en lo alto del monte, que se veía bastante lejos se levantaba ya la ermita de San Pascual, ya no estabamos y tan lejos.
En Monforte paramos escasos minutos, y agarramos el último tramo.
Éste fue algo confuso dado que están en obras en la antigua carretera a Orito y tuvimos que sortear montecitos de arena que con el cansancio parecían verdaderas montañas, la ermita aun que parecía más cercana, la sensación era que se alejaba.
Llegamos a la pequeña Ermita de la Aparición a la entrada de Orito, pedimos fuerzas, y continuamos, atravesamos Orito, con pocas fuerzas ya, y nos adentramos de nuevo en el panorama de oscuridad, iluminados ya sólo por la luz de San Pascual. El último tramo, antes de coger la subida a loa montaña fue demoledor, faltaba el aliento, los pies ya no respondían, y las emociones comenzaban a desbordarse, pero ya estabamos, los más adelantados subieron la costera primero, y los que tenían promesa, la subieron después y descalzo.
Casi 10 minutos tardó el que escribe en cumbrar aquella montaña, pero ya estabamos allí, subimo hasta la entrada a la cueva y en ese momento se desbordaron las lágrimas, a San Pascual le ofrecimos el ramo que nuestra hermandad le había regalado, y mientras tomabamos asientos las lágrimas no paraban de desbordarse, habíamos cumplido una meta más, nuestra Hermandad estaba presente en ese momento, clamando por la fé, y llevando siempre la Esperanza con nosotros.
Tras rezarle y darle gracias llegó el momento de la despedida, y de pedirle fuerzas y salud para el año que viene.
Salimos de la cueva despidiendonos del monje que allí custodiaba aquel Santuario, y fuimos a la zona de encender velas, cual fue nuestra sorpresa cuando al entrar vimos todas las parés colgadas camisetas de todos los pueblos posibles, pero faltaba Albatera.
Yo me quité la camiseta que llevaba y Mariano subido a hombros de Alfredo la colgó de la percha más alta que había, con lo que allí se quedó en la ermita de tanta fé un recuerdo de Albatera y un recuerdo de nuestra hermandad dado que la camiseta era la de costaleros. En la que se puede leer con letras grandes y debajo de nuestro escudo, de nuestro emblema, COSTALEROS DE ESPERANZA.
Allí termino aquella romería, con ganas de que llegue el 28 de Junio que realicemos la de Calasparra.
Dar las gracias a todas las personas que fuimos a aquella aventura.
Alfredo, Periquin, Mari Carmen ,Paloma, Fran, Pascual, Pepe, Germán, Mariano, Mari Carmen Castro, Fran y el que escribe un servidor(Pedro).
Comentar que ha sido una hermosísima experiencia, llega de calor y de unión de hermandad.
Y dar ánimos a todas aquellas personas que van a ir a San Pascual en los próximos dias.
Pronto estarán las fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario