Cuarenta días de Esperanza

Anoche, en torno a las 22:00h. tras ayudar a la parroquia a colocar el Cristo en el altar mayor, la mayordoma y la vestidora de la hermandad, se encerraron en la sacristía mayor, para cambiar las ropas de la Virgen y ponerla acorde con el momento que comienza, la cuaresma.
Antes de cerrarse las puertas de la Sacristía, el credo y la salve resonaron en las paredes, como parte del rito que se sigue para vestir y desvetir a la sagrada imagen, rodeado, eso sí, del incienso necesario, tan característico de nuestra hermandad. Las puertas de la sacristía se cerraron, mientras el resto de hermanos que deambulaban por allí, estendían el manto de tono azul, encima de los bancos primeros de la Iglesia, las luces se apagaron, y ya nada más quedó la ténuez luz de la sacristía, mientras en su interior se seguían escuchando los rezos.
Este año, será el segundo, que nuestra imagen Mariana, y madre de la Esperanza, se posará al lado del santísimo Cristo expuesto en el altar mayor, que también tiene una nueva posición, por motivos de no dañar el nuevo altar mayor, y es que el Lunes próximo comienza el Quinario en honor de nuestra venerable imagen titular, la Virgen de la Esperanza, y que culminará con la función principal del Sábado, y besamanos de la Virgen en el que también tomará posesión de cargos la Junta de gobierno, y con el juramento e imposición de medallas de los nuevos hermanos el Domingo. Incluyendo en estos actos, el Pregón del sábado y la cena de hermandad.