Hoy celebramos nuestras 20.000 visitas, realizanco la crónica de lo que ha sido esta intensísima y emocionante peregrinación.
Casi daban en el reloj las seis de la tarde, cuando los peregrinos comenzaban a acercarse poco a poco a la plaza de España, en un principio no aventurabamos más de 15 con posterioridad supimos que estabamos bastante equivocados.
A las 18:15h. un buen grupo de gente se presentó ante la bendita imagen de la Virgen de la Esperanza y Don Francisco, nuestro consiliario, dió la bendición de salida, tras esto, Esther desenfundó la guitarra y todos le cantamos la salve a nuestra madre, allí se le ofreció un ramo, y tras pedirle fuerzas y ayuda, marchamos a la capilla de San Pascual.
A la entrada fuimos acogidos, por diferentes miembros de esta asociación, con abrazados y palabras de ánimo, le hicimos entrega del ramo, que se le ofrecía al santo, le pusimos a los pies de la imagen, una de las fotos, que, con motivo de la peregrinación ha editado nuestra hermandad, y le rezamos.
Fue entonces el momento de la foto y de contar, a lo que salió:
35 peregrinos, ataviados con chalecos reflectantes.
8 personas repartidos en 3 coches de apoyo que durante todo el camino seguirían a los peregrinos
10 personas que habían venidos a estar con nosotros.
a LAS 18:45h. emprendimos el camino.
Con lo que desde ya, podemos decir, que la peregrinación a San Pascual fue un total éxito.
El primer tramo que sepa Albatera de Crevillente, se recorrió prácticamente sin problemas, aquí el grupo se dividió en 2 partes, una cabeza que sacó casi 500metros de ventaja a la trasera. La conclusión de este primer tramo fue muy favorable, la gente sin conocerse hablaban entre si, comentaban y recordaban otros caminos.
Cerca de las 9 de la noche llegamos al final del pueblo de Crevillent, donde descansamos brevemente y nos dispusimos a coger la Garganta de Crevillente, algo que acabaría con más de un camino. Y es que este entramado de curvas ascendentes, minó más de una voluntad. Aquí nos cogió la noche, las linternas alertaban a los coches que venían de frente de los caminantes, y uno de los coches de apoyo encendió las luces de atención que llevaban. Aquí fue donde nos informaron de que habían muchos más grupos que por delante y por detrás de nosotros. Grupos de Dolores, de Almoradi, de Redován y de Callosa.
En este tramo, tan complicado, se dividió nuestro grupo hasta en 4 partes que ya no se volverían a juntar hasta casi el final. si cruel fue la subida a la garganta, más cruel fue la bajada, pues casi 4 km, resintiendo al pie de la frenada por la inclinación, y fue entonces cuando al llegar a Aspe, 5 corazones tuvieron que abandonar al grupo achacados de dolencias, así mismo ahí nos enteramos también de que una chica se había marchado también a mitas de garganta.
Tras cenar, y entablar buena conversación en Aspe, se comenzó el viaje hasta Monforte. En este tramo, a diferencia del primero, pese a ser plano igual, reinaba el silencio, y el aumentar el ritmo, pues los 9 km que separan Aspe de Monforte, son terriblemente agotadores, y lo que más Inri, da a la situación, es la oscuridad.
La llegada a Monforte fue entorno a la 01:30h. de la madrugada, con casi 28 km ya a la espalda.
Allí se desprendió otra persona más que achacados de dolores en el tobillo tubo que abandonar.
Aquí se lanzaron varios cohetes anunciando neustra partida, y tras recoger a la gente que venía en la cola, nos agrupamos casi 20 personas, a lo que se nos informó de que el primer grupo ya había llegado a la montaña del Santo. De aquí partimos hacia orito, y nos volviói a coger esa negra boca de oscuridad, pero esta vez acrecentado por las terribles obras, que están haciendo del Ave, y que seccionaban el camino, haciendolo bastante peligroso, hasta el punto que, a mitad de obras, nos encontramos con varios mimebros más del grupo que se habían estraviado, y habían perdido casi 20 minutos. Asi que, nuestro grupo se formaba de 23 personas. La llegada a la iglesia de la anunciación, fue casi maratoniana, el coche de apoyo no había podido adentrarse en las obras y todos cuando llegaron reclamaban agua.
Tras atravesar Orito, y ya se empezño a ver ese faro de Esperanza arriba de la montaña que era la cueva de San Pascual, que hasta el momento no se había visto por la niebla. Nos faltaban nada mas que 4 km para terminar los 40. Fueron los peores, el silencio, el abatimiento, e incluso, la imposivilidad de alguno, pues otro peregrino cayó a las faldas de la montaña y no pudo terminar a a falta de unos cuantos metros.
Por último y cuando ya no tienes más fuerzas sólo te queda la subida a la montaña, de donde tienes que sacar fuerzas de donde no las hay. Varias "promesas" descalzaron sus pies y subieron este último tramo, por toda la roza caliza, descalzos.
Y por fin la llegada, el espíritu se quedó sin fuerzas y los ojos se llenaron de alegría, pues ya había llegado. Alguno extremadamente cansados, se derrumbaron exaustos, ante la reja del santo, otros, no podían dejar de llorar, mientras en la cueva se escuchaban los rezos.
Cuando los cuerpos se recuperaron, y tras varias preguntas a la gente, incluso a la que no ha pudo terminar, fue, que al año que viene volverían.
Pronto estará el reportaje fotográfico.
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