Hoy ha sido una de esas noches en las que muchos de los Albaterenses, por no decir todos, hemos dormido poco.
Eran las Doce menos cuarto de la noche cuando las luces de la plaza se apagaban y los bandos moros y cristianos desfilaban solemnemente hasta la puerta de Santiago, allí, el embajador mora rendía sus armas, y le entregaba las llaves de la ciudad al embajador Cristiano, este, subía las escaleras de la Iglesia y llamando a la puerta se las entregaba al Caballero de Santiago, y seguidamente, dando las 12 en el relog, se abrían las puertas y salía, a hombros de sus costaleros, el caballo blanco que lleva a Santiago Apostol, entre vivas y obaciones, sornaron los himnos, el de Albatera, el regionál Valenciano, y por último al regreso del caballo al templo, el nacional. Este es uno de los actos más emotivos y con más solera de nuestro pueblo, pues ya se puede hablar de que es una tradición.
Tras el saluda y como no podía ser de otra manera a seguir la fiesta a las barracas.
Po otro lado y en lo que hace referencia a nuestra hermandad, recordar que este Jueves será el último para el aporte de ropa para niños, que está recogiendo la hermandad en su campaña de solidaridad de Verano.
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