Y apenas si la noche ha tenido acogida en una noche tan corta, como siempre suele suceder con la noche de Santiago, casi toda Albatera, unos por obligación y otro, por el incansable sonido de las barracas, han estado despiertos durante gran parte de la noche, reciviendo, como viene siendo habitual, la mañana del insigne patrón, entre churros y chocolate, y entre sol casi presuroso. Y es que poca polvora queda ya para quemar, más la de una misa, con más de 10 curas, y una procesión a la que suele asistir casi todo el pueblo.
Por nuestra parte, un año más hemos cumplido, el año pasado, con la ilusión de ver la nuestra señora caminando por las calles de Albatera, y este año, con la ilusiónd e ver todos nuestros proyectos realizados.
El mejor de todos estos proyectos ya se cumplio hace tiempo, y es que todo aquel que entra a formar parte de nuestra hermandad, entra a formar parte de una gran familia, donde todo lo que da, le es devuelto con creces.
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